jueves, 5 de noviembre de 2009

Lo eres todo...


Necesitaba decirle que le quería pero no sabía cómo hacerlo...


Se moría de ganas de decirle todo lo que sentía por él, quería que supiera que todas las mañanas se levantaba con una sonrisa en su cara porque a lo largo del día al menos le vería unos minutos, porque podría hablar con él, necesitaba decirle que no se hacía a la idea de vivir sin verle.


A menudo le echaba de menos, incluso había veces que le echaba de menos cuando estaba sentada a su lado... Ya no sabía que era lo que la estaba sucediendo con él, pero lo cierto era que no dejaba de pensar en él, que cuando estaba sola en cualquier lugar dejaba volar su imaginación imaginando que le tendría para toda la vida, que vivirían por siempre felices, que nadie les estropearía su momento, y que incluso morirían juntos. Imaginaba cómo sería su vida con él, le encantaba soñarlo porque de alguna manera lo sentía cerca, pero ella sabía que nunca se cumpliría, sabía que simplemente eran sueños y que nunca dejarían de serlo, porque nunca se harían realidad...


Pero aunque eso nunca se cumpliría tenía que decirle que le quería, que le encantaba verle sonreír, que su mirada la trasladaba a un mundo mágico y que cada uno de sus abrazos eran un mundo... Necesitaba tanto su presencia diaria... Tanto era así que el día que no le veía estaba triste, sin ganas de nada... ÉL lo era todo para ella, sabía que nunca le podría perder porque ella no sabría qué hacer sin él, le necesitaba tanto...


No llegó hasta la locura pero estaba dispuesta a hacerlo todo por ÉL. Lucharía las veces que hiciera falta para que él estuviera bien, ella no importaba simplemente quería verle feliz y sabía que lo daría todo por él...




Pero, ¿cómo podía decirle tantas cosas sin que ninguna se le olvidara? Era completamente imposible, cuando le veía se le empezaba a accelerar el corazón y cuando estaba cerca de él... para ella desaparecía todo por completo y solo quedaban ellos dos...




Los años fueron pasando y ella nunca se atrevió a contarle que le quería con todas sus fuerzas, quizá no le dijo nada por verguenza o simplemente porque ese secreto se lo guardaría para siempre...





Una mañana cuando ella se dirigía a su lugar de trabajo sufrió un accidente por el cual murió.


Nunca nadie supo lo que pensaba realmente de ÉL, nunca dijo nada y nada dejó escrito..., solo dejó las notas que cada noche escribía en un pequeño diario. En aquel diario lo explicaba todo sobre ÉL, pero a partir de un día dejó de escribir pequeñas historietas que ella misma inventaba para escribir una misma frase: TE QUIERO

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