Navidad, esa fecha en la que la gente se vuelve buena, los niños vuelven a tener ese brillo en los ojos, los enamorados buscan alterados ese regalo [o regalos] que enamore más a sus parejas, los padres con niños se vuelven locos porque cualquier juguete que sus hijos han escrito en esa ``Carta a los reyes magos´´ es más caro que pagar una letra de su coche, los mayores, vuelven a ser felices como hacía mucho que no se sentían, las calles se llenan de gente dispuesta a comprar lo mejor para sus familiares y amigos. Canciones de tiempos lejanos, guirnaldas, velas, luces, árboles, muñecos, nieve, gorros, bufandas, guantes, regalos... de repente llenan las ciudades y pueblos. De repente todo es mejor, aunque sea por apenas 15 días, la gente se vuelve mejor.
Algunos, digamos que poco ilusionados con estas fechas, dicen que esto es cosa de comerciantes, que solo piensan en ganar dinero; puede ser, pero ¿quién no se alegra de ver feliz a su gente?.
Otros, como yo, pensamos que esto de la Navidad es algo tan genial que no podría dejar de existir nunca. La ilusión corre por nuestras venas, las luces de las calles nos abruman y nos hacen sentir esa magia que dicen que tienen estas fechas. Los escaparates llenos de regalos, las calles llenas de luces y buzones reales y no tan reales, lotería de navidad por todas partes, la ilusión de los más pequeños que se puede notar en cualquier rincón... Es algo tan maravilloso que no sabría muy bien cómo seguir describiéndolo.
Navidad, qué bonito nombre tienes.
martes, 23 de diciembre de 2014
domingo, 14 de diciembre de 2014
Él y sus cosas
Hoy no escribo por mí, sino por él. Por la persona que lleva ahí tantos y tantos ratos, aguantándome y mimándome en cada rincón.
Hoy va por él, porque me entiende mejor que nadie.
Hace apenas tres días fue tu cumple, no pude hacerte un regalo más, me faltaba tiempo ( ya sabes lo que pasó). Hoy, no pretendo que sea tu regalo atrasado, quiero darte las gracias por todo lo que algún día hiciste, por lo que haces cada día y, por lo que se, algún día harás.
Eres lo más grande que nadie puede tener al lado.
Tú y tus mimos
Tú y tus abrazos
Tú y tus tonterías para hacer reír a la gente
Tú y tus `` luego lo hago´´
Tú y tus caras irremediablemente adorables, no tanto como tú
Tú y tus mil besos cada mañana, tarde y noche
Tú y tus sonrisas
Tú y tu manera de mirarme
Tú y tus rarezas, que no son más que mis imperfecciones
Tú y tus maneras de jugar, de querer, de reír, de besar, de mirar, de sonreír...
Tú y esa forma tan especial de quererme.
Sé que si sigo me estaría horas y horas aquí tecleando todas tus perfecciones, esas que tú muy a menudo llamas imperfecciones.
Gracias por dejarme, un año más, formar parte de esto, formar parte de ti.
Tómate esto como aquello que un día te quise decir y no te dije, como aquello que día a día no te se recompensar, como aquello, que poco a poco dejo de decir pero no porque no sea importante, sino porque doy como sabido, como aquello que no digo pero que no dejo de sentir, como aquello que me haces vivir, como aquello, lo cual bauticé como lo más bonito de mi vida.
Sé que lo leerás mañana, pero por si acaso, esta noche sueña conmigo, contigo, con los dos. Deja que eso que sientes fluya con lo mío y haz que tus sueños y tu mente se una con la mía.
Una vez más, TE QUIERO.
Hoy va por él, porque me entiende mejor que nadie.
Hace apenas tres días fue tu cumple, no pude hacerte un regalo más, me faltaba tiempo ( ya sabes lo que pasó). Hoy, no pretendo que sea tu regalo atrasado, quiero darte las gracias por todo lo que algún día hiciste, por lo que haces cada día y, por lo que se, algún día harás.
Eres lo más grande que nadie puede tener al lado.
Tú y tus mimos
Tú y tus abrazos
Tú y tus tonterías para hacer reír a la gente
Tú y tus `` luego lo hago´´
Tú y tus caras irremediablemente adorables, no tanto como tú
Tú y tus mil besos cada mañana, tarde y noche
Tú y tus sonrisas
Tú y tu manera de mirarme
Tú y tus rarezas, que no son más que mis imperfecciones
Tú y tus maneras de jugar, de querer, de reír, de besar, de mirar, de sonreír...
Tú y esa forma tan especial de quererme.
Sé que si sigo me estaría horas y horas aquí tecleando todas tus perfecciones, esas que tú muy a menudo llamas imperfecciones.
Gracias por dejarme, un año más, formar parte de esto, formar parte de ti.
Tómate esto como aquello que un día te quise decir y no te dije, como aquello que día a día no te se recompensar, como aquello, que poco a poco dejo de decir pero no porque no sea importante, sino porque doy como sabido, como aquello que no digo pero que no dejo de sentir, como aquello que me haces vivir, como aquello, lo cual bauticé como lo más bonito de mi vida.
Sé que lo leerás mañana, pero por si acaso, esta noche sueña conmigo, contigo, con los dos. Deja que eso que sientes fluya con lo mío y haz que tus sueños y tu mente se una con la mía.
Una vez más, TE QUIERO.
martes, 4 de marzo de 2014
Esa soledad que no te deja sonreír...
Sentir que cada parte de ti es suya, sentir que todo él es lo único que necesitas para caminar en esto que vivimos y a lo que llamamos vida.
Sentir que su ausencia te entristece, que no te hace bien. Sentir que le necesitas para respirar, para sonreír.
Cerrar los ojos y pensar en cada momento junto a él, ninguno malo, todos geniales. Abrir los ojos enturbiados, llenos de lágrimas. Sentir que tus pupilas cada vez se hacen más pequeñas y el iris de tus ojos cada vez se convierte en un azul más cristalino. Volver a cerrar los ojos y sentir la primera lágrima correr por tu mejilla, abrir los ojos para abrazarle... y darte cuenta de que aún es pronto para el día tan esperado. Rendirte una vez más al tiempo y esperar con ansia el día que él volverá, ``son apenas 2 días´´ te repites una y otra vez, pero se te antoja demasiado y no eres capaz de calmar tu llanto.
Respiras, coges fuerza, pero... sientes que no es suficiente.
Te tumbas en la cama para coger fuerzas pero sientes un gran vacío en una cama tan pequeña como lo es una de 90cm... Él no está para acariciarte, besarte en la frente, apartarte el pelo, abrazarte, sonreírte, mimarte... Te das media vuelta, respiras hondo y duermes abatida por las lágrimas y el cansancio que ellas provocan. No es fácil y lo sabes, pero solo debes esperar un poquito más.
Mientras duermes piensas que lo mejor que te ha pasado en la vida está a 72km de ti, pero lo más importante es que te quiere como jamás te ha querido nadie y eso, eso, nadie puede quitártelo, quitárselo, quitároslo.
Sentir que su ausencia te entristece, que no te hace bien. Sentir que le necesitas para respirar, para sonreír.
Cerrar los ojos y pensar en cada momento junto a él, ninguno malo, todos geniales. Abrir los ojos enturbiados, llenos de lágrimas. Sentir que tus pupilas cada vez se hacen más pequeñas y el iris de tus ojos cada vez se convierte en un azul más cristalino. Volver a cerrar los ojos y sentir la primera lágrima correr por tu mejilla, abrir los ojos para abrazarle... y darte cuenta de que aún es pronto para el día tan esperado. Rendirte una vez más al tiempo y esperar con ansia el día que él volverá, ``son apenas 2 días´´ te repites una y otra vez, pero se te antoja demasiado y no eres capaz de calmar tu llanto.
Respiras, coges fuerza, pero... sientes que no es suficiente.
Te tumbas en la cama para coger fuerzas pero sientes un gran vacío en una cama tan pequeña como lo es una de 90cm... Él no está para acariciarte, besarte en la frente, apartarte el pelo, abrazarte, sonreírte, mimarte... Te das media vuelta, respiras hondo y duermes abatida por las lágrimas y el cansancio que ellas provocan. No es fácil y lo sabes, pero solo debes esperar un poquito más.
Mientras duermes piensas que lo mejor que te ha pasado en la vida está a 72km de ti, pero lo más importante es que te quiere como jamás te ha querido nadie y eso, eso, nadie puede quitártelo, quitárselo, quitároslo.
domingo, 19 de enero de 2014
Un día más
Eran las tantas de la madrugada y ella no podía dormir, necesitaba dejar de sentirse frágil, abrazarle y dormir acurrucada a él.
Su cama estaba fría, como ese mes de enero que no pasa desapercibido por las nevadas, el frío y las heladas matutinas.
Por fin sus ojos se rinden a la noche, al sueño, al cansancio, al calor que sólo las sábanas le dan y se duerme. Sueña con ella, con él, con su ``nosotros´´ y con su eterna sonrisa, pero al cabo de no mucho tiempo se despierta sobresaltada, esta vez no está él para tranquilizarla. Coge su pequeño peluche y lo abraza, no le sirve de mucho pero siente que no está sola en aquella pequeña pero a la vez gran cama.
Se tranquiliza y se vuelve a rendir ante la noche.
La próxima vez que se despierta ya es de día, pero él sigue sin estar a su lado abrazándola como los dos quieren. Se levanta y le dice a su peluche ``Buenos días cariño´´ como si él estuviera allí, al fin y al cabo es el que la ha protegido toda la noche y se lo merece.
Se incorpora y aún con cara de sueño coge el móvil para derramar la primera sonrisa por él gracias a su mensaje de buenos días.
Poco a poco las horas de su reloj avanzan y vuelve a llegar la noche, la parte más dura de otro día sin él.
Aún a pesar de todo, cada día le quiere más y eso él lo sabe. Ambos se quieren como jamás nadie se ha querido y eso hace que superen cada día con fuerza.
Recuerda: ``Muuuuuuuuuu´´.
Su cama estaba fría, como ese mes de enero que no pasa desapercibido por las nevadas, el frío y las heladas matutinas.
Por fin sus ojos se rinden a la noche, al sueño, al cansancio, al calor que sólo las sábanas le dan y se duerme. Sueña con ella, con él, con su ``nosotros´´ y con su eterna sonrisa, pero al cabo de no mucho tiempo se despierta sobresaltada, esta vez no está él para tranquilizarla. Coge su pequeño peluche y lo abraza, no le sirve de mucho pero siente que no está sola en aquella pequeña pero a la vez gran cama.
Se tranquiliza y se vuelve a rendir ante la noche.
La próxima vez que se despierta ya es de día, pero él sigue sin estar a su lado abrazándola como los dos quieren. Se levanta y le dice a su peluche ``Buenos días cariño´´ como si él estuviera allí, al fin y al cabo es el que la ha protegido toda la noche y se lo merece.
Se incorpora y aún con cara de sueño coge el móvil para derramar la primera sonrisa por él gracias a su mensaje de buenos días.
Poco a poco las horas de su reloj avanzan y vuelve a llegar la noche, la parte más dura de otro día sin él.
Aún a pesar de todo, cada día le quiere más y eso él lo sabe. Ambos se quieren como jamás nadie se ha querido y eso hace que superen cada día con fuerza.
Recuerda: ``Muuuuuuuuuu´´.
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